El método histórico
La ciencia de la sociedad ha de recurrir de manera sistemática al método histórico. El método histórico quiere decir que el sociólogo ha de interrogarse, e interrogar a la realidad social, acerca del cursus sufrido por aquello que estudia, sobre como ha llegado a ser como es, e incluso por que ha llegado a serlo.
La sociología posibilita al menos la atenuación del etnocentrismo en lo que se refiere a la organización y los procesos sociales y, literalmente, permite percibir la historicidad de los fenómenos sociales estudiados. Por eso tiene tan poco sentido una sociología histórica que se pregunte de donde vienen los procesos y las instituciones sociales, sino que los examine fuera del tiempo. Este tipo de sociología carente de sensibilidad histórica cree que estudia el presente, cuando este no tiene mas existencia que la puramente conceptual de linea divisoria imaginaria entre el pasado y el futuro.
El método comparativo
Se ha venido diciendo que el método comparativo sustituye en las ciencias sociales al método experimental. En efecto, en el experimentado controlado de laboratorio el químico puede añadir o eliminar una sustancia, y observar el resultado que se produce; el sociólogo, en cambio, no puede añadir o suprimir nada en una sociedad para comprobar su efecto, el científico social solo muy raramente puede manipular las variables de manera directa. Gracias al método comparativo puede manipular indirectamente las variables que le interesa controlar.
El método comparativo es consecuencia de la conciencia de la diversidad: la variedad de formas y procesos, de estructuras y comportamientos sociales, tanto en el espacio como en el tiempo, lleva necesariamente a la curiosidad del estudioso, al examen simultaneo de dos o mas objetos que tienen a la vez algo en común y algo diferente.
Por método comparativo basta entender el recurso a la comparación sistemática de fenómenos de diferente tiempo o ámbito espacial, con objeto de obtener una visión mas rica y libre del fenómeno perteneciente al ámbito o época del investigador, o de articular una teoría o explicación que convenga a fenómenos que transciendan ámbitos o épocas concretos.
Para Rokkan, la consolidación del interés en la metodología comparativa se desenvuelve entre dos polos, el de anejarse con datos obtenidos por el investigados en condiciones de completo aislamiento respecto de otros científicos sociales pertenecientes a las culturas y sociedades estudiadas, o el de asegurar la comparabilidad de los datos en todos los temas y fases del proceso a través de la participación de científicos sociales de todas las culturas y sociedades estudiadas; entre estos dos hipotéticos extremos se desenvuelve la investigación comparativa en sociología, y normalmente en uno de estos tres niveles: un primer nivel en el que se lleva a cabo la colección y articulación sistemática de datos producidos de investigaciones; en segundo nivel se sitúan los esfuerzos dirigidos a influir sobre las instituciones que llevan a cabo regularmente procesos de recogida de datos en diversos países, para el desarrollo de metodologías mas apropiadas; en un tercer nivel habría que clasificar la organización de programas ad hoc de recogida de datos en distintos países con el especifico propósito de compararlos.
El método crítico-racional
El positivismo científico implica consagrar la que llama razón subjetiva o instrumental y rechazar la razón objetiva: se considera que la tarea de la razón consiste en hallar medios para lograr los objetivos propuestos en cada caso sin reparar en que consiste en cada caso el objetivo especifico propuesto; la razón tiene asi que habérselas tan solo con la adecuación de modos de procedimiento a fines que son mas o menos aceptados y que presuntamente se sobreentienden. Los fines no son, pues, manejables por la razón instrumental, esto es, por la ciencia positivista: constituyen algo dado, sobreentendido; la ciencia se ocupa de clasificar y deducir, de adecuar medios a fines.
Cuando el positivismo relega los fines humanos a las tinieblas exteriores limita la razón al papel puramente instrumental de enjuiciar la adecuación de medios diversos a fines dados: lo que e positivismo consagra es la no racionalidad de la esfera de los fines, y lo que la teoría critica reivindica es justamente la restitución de los fines del hombre al ámbito de la racionalidad, esto es, de la ciencia. La teoría critica no pretende sustituir la racionalidad de la ciencia por la irracionalidad de la no-ciencia, sino recuperar para los fines humanos, para los valores y para el deber ser, su lugar en la ciencia.
Hay que devolver a las ciencias sociales su tradicional componente normativo, esto es, su derecho a considerar científicamente, racionalmente, los fines sociales, y en ello a través de lo que puede calificarse como método crítico-racional.
La razón, pues, no debe instrumentalizarse limitándola a juzgar de la adecuación técnica de medios a fines, debe declararse su capacidad para juzgar acerca de fines y reclamarse dicha tarea para la ciencia social, con la convicción de que no llevara consigo ninguna pretensión de unanimidad ni de dogmatismo. Tarea que puede llevar a cabo la sociología a través del método crítico-racional.
El método cuantitativo
Las ciencias físico-naturales se caracterizan por el empleo de métodos cuantitativos. Los fenómenos y las relaciones entre fenómenos deben expresarse de forma matemática, esto es, cuantitativamente, y la prueba de las hipótesis se expresa igualmente en términos de probabilidad frente a las leyes del azar, también cuantitativamente; solo de esta forma toman en consideración las ciencias físico-naturales la descripción o explicación de un fenómeno, o la acreditación de una hipótesis.
Las ciencias físico-naturales tienen en común una actitud y unos procedimientos de naturaleza cuantitativa, aptos por tanto para ser formalizados matemáticamente. Por supuesto, tales procedimientos no son los únicos que estas ciencias manejan, pero si son los mas importantes, también se utilizan métodos cualitativos.
Las ciencias sociales, por su parte, pueden y deben utilizar el método cuantitativo, pero solo para aquellos aspectos de su objeto que lo exijan o lo permitan.
El hombre y la sociedad humana presentan múltiples facetas a las que conviene el método cuantitativo: todas aquellas en que la cantidad y su incremento o decremento constituyen el objeto de la descripción o el problema que ha de ser explicado.
La investigación sociológica que haya de habérselas con datos que sean susceptibles de ser contados, pesados o medidos tendrá que utilizar una metodología cuantitativa, bien sobe datos preexistentes, ofrecidos por muy diversas fuentes, bien sobre datos producidos ad hoc por el propio investigador.
El método cualitativo
Acerca de la antinomia cantidad-cualidad, una cantidad es una cantidad de algo, es una cantidad de una cualidad, una propiedad cuantitativa es una cualidad a la que se le ha asignado un numero. Al establecer la diferencia entre propiedades cuantitativas y cualitativas, se debe señalar que en las primeras el valor especifico de la propiedad es una medida, grado o cantidad, mientras que en las cualitativas es una manera y se apresuran a señalar los atributos o propiedades cualitativos permiten, no obstante, su cuantificación. La diferenciación entre estas propiedades es, pues, provisional e inexacta.
Una de las vías cualitativas mas características es el llamado grupo de discusión, que es definido como una confesión colectiva que deja inmediatamente de serlo ya que el sujeto enunciad dejara de ser el sujeto de la enunciación. En el grupo de discusión se dan dos niveles de discurso: uno primero o empírico, en el que el grupo se manifiesta, y otro segundo o teórico, que habla del discurso de primer nivel y que permite interpretarlo o analizarlo.
Las personas que han de formar parte de un grupo de discusión requieren un cierto equilibrio entre homogeneidad y heterogeneidad que haga posible y fructífera la interacción verbal; su selección no se confía al azar, sino que, determinadas previamente las clases de informantes y su distribución en grupos se les invita a participar a través de canales concretos, particulares y preexistentes; el investigador propone la cuestión a discutir y se abstiene después de toda intervención, y esta discusión es la que el investigador registra para su análisis posterior.
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